Espero que te guste el contenido. Para sugerencias, objeciones, protestas o propuestas, escribe a "leonardo.rothe@gmail.com"

viernes, 8 de noviembre de 2019

Maldita dualidad

Esta maldita dualidad. Soy uno mientras soy otro. Soy uno y después soy otro. Algo, en algún sitio, en algún momento, activó esa división y ahora soy uno para cada ocasión. Nunca más fui mi unicidad experimentando varias cosas, sino varios yoes, cada uno en lo suyo. Y claro, como soy más de uno, cada uno de ellos tiene sus maneras, sus preferencias, sus decisiones irreversibles. “Amo a mi madre por sobre todas las cosas” vive con “La odio más que a nadie por haberme maltratado”, y entre muchas otras dualidades hierven decenas de contradicciones, de incoherencias, de posiciones locamente irreconciliables. Soy uno en casa y otro en el trabajo. Soy uno cuando estoy con mi mujer y otro cuando estoy con mis amigos. Soy uno cuando estoy solo y otro cuando estoy acompañado. “Hay cosas que no deben hacerse”, grita cada una de las piezas de mi rompecabezas y clava su bandera en el terreno, pero claro, eso durará mientras llega la vergüenza, el miedo o la ira. Soy uno cuando converso con el portero y otro cuando hablo con el presidente. La verdad es que tú, amigo mío, deberías fijarte bien con quién hablas cuando te sientas a tomar café enfrente de este cuerpo, de esta mente repleta de voces que gritan cada una su tema, su parecer, su prejuicio.

No hay comentarios:

Publicar un comentario