Espero que te guste el contenido. Para sugerencias, objeciones, protestas o propuestas, escribe a "leonardo.rothe@gmail.com"

martes, 8 de octubre de 2019

La válvula

Día con día, va subiendo la presión. El devenir de las horas no pinta nada fácil. La semana se va llenando de plomos en el ala hasta dejarnos agotados en el suelo. Es entonces cuando es hora de buscar, tal vez con la mano, a ciegas, la válvula que nos liberará del aprieto en el que nos metimos. Comienzan las excusas, desfilan las opciones de desfogue. Unos bailan, otros se embriagan, muchos salen corriendo a practicar su “hobby” de turno. Y de verdad se siente bien. Se siente como que estamos viviendo la vida como es debido, a fin de mes, con la quincena, de vacaciones. Pero mirando de lejos, solo parece un rebote monótono entre la tensión debida, normal y hasta soñada de ser adultos, y la dosis de locura necesaria para seguir ese trote. Como todo golpeteo, mientras más presión, más locura en respuesta. Por muy de moda que este zigzag haya estado en las últimas décadas, y por lo que se exhibe en las salas de hospital o en las gavetas de las medicinas, no hay nada que celebrar. Esta rutina no parece producir nada que merezca un premio. Nada cambia. Ya viene el lunes fastidioso… ya viene el viernes de gozadera, de liberación. Nada parece poderse visualizar más allá del estallido de la próxima válvula, del próximo escape, porque lo cierto es que la vida se tornó tan insoportable que necesita un alivio salvador obligatorio cada ciertos días.

No hay comentarios:

Publicar un comentario