Otro
año más. Otro año menos. Todos esos días han caído hacia atrás y más vale que
hayan dejado algo. Más vale que la retrospección extraiga algo más que fotos y
anécdotas risibles. Cada una de esas muchas veinticuatro horas desfilaron hacia
ti dejando un grano a la vez, e imagino con esperanza que decenas de ellos se
quedaron muy cerca de tu cabeza, de tu corazón. Pensándolo bien, y mirando tus
ojos y tu sonrisa, tu falta de pose, así como esa nueva fortaleza que luces,
que algo más que unas decenas de granos de arena ya residen en tu ser. Y bueno,
ya dejando de mirar la paja en el ojo ajeno, déjame solo para ver qué encuentro
en mi año, ése que también se acabó. Que tengas un feliz año, amigo.
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