Espero que te guste el contenido. Para sugerencias, objeciones, protestas o propuestas, escribe a "leonardo.rothe@gmail.com"
martes, 19 de marzo de 2019
¡Pa bueno yo, chico!
No podemos
separar a los buenos de los malos. Debemos
convivir todos juntitos, porque comenzando siendo familia. Pero, ¿cómo se podrá
hacer eso? Porque hasta ahora ha sido todo un desastre en todos los sentidos.
¿Cómo mantener a los malos a raya y no dejar que hagan lo que hacen y ser aún
peores? Las cárceles están llenas y no arreglan a nadie; los sanatorios tampoco
sanan a esa gente desajustada, y aunque sean minoría, cada vez son más y tienen
más poder. Nosotros en cambio, los buenos, de parque en parque, de iglesia en
iglesia, de margarita en margarita, ya no sabemos qué hacer. Los malos nos
acusan de muchas cosas, entre ellas, de inconscientes, de indiferentes, de
tontos útiles, de cómplices silenciosos. ¡Pero nada más lejos de la verdad! Si más
bien estamos tratando de preservar la bondad que hay en nosotros en este mundo
cada vez más terrible, sucio, corrupto, protegiendo a nuestras casas con las
rejas más gruesas, a nuestros hijos con las mentiras más convincentes y con los
prejuicios más irrefutables. Nuestro sistema es perfecto, casi inexpugnable, pero
esa gente, los malos, nunca lo entenderán y arremeterán en su contra porque son
brutos, flojos y malintencionados sin razón alguna.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario