El preso dice que cuando salga va a ser feliz. El pobre afirma que cuando tenga dinero será feliz. El enfermo clama que cuando sane será feliz. El segregado establece que cuando haya igualdad será feliz. De resto, no hay novedad. Por ahí andan los demás, caminando por las calles, con aparente salud, con algún dinerito y estabilidad material y social y no saben qué hacer: siempre el mismo cuento.
No hay comentarios:
Publicar un comentario