Necesito un
superhéroe. Todos lo necesitamos. Me siento tan solo, tan débil, tan aislado
entre este gentío. Perdimos la capacidad de organizarnos para solucionar
cualquier problema común. Cada dificultad solo se acumula y forma parte del
armario de problemas que todos compartimos, los que no disminuyen, por los que
nos quejamos sin parar, como si fuese algún tipo de analgésico. Por eso
necesitamos un superhéroe. Uno de esos con capa, con los interiores por fuera. De
esos que vuelan, congelan, queman, leen la mente, se preocupan, salen corriendo
y solucionan todo ellos solitos. Nosotros no. Nosotros somos un montón de bobos
gritando desde la ventana nuestras tragedias para que venga otro y la solucione,
y en el proceso, se cuela otro pillo y se convierte en el nuevo villano.
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