Tu talento
brinca por encima de tu ingenuidad y se deja ver, se deja apreciar. Tu ingenuidad
es manifiesta, y aunque se podría alguien afirmar que entorpece el arte
terminado, la verdad es que más bien le aporta color, le da la forma que no
podría lograr la academia. Sale de las tripas, de un berrinche, de no me
importa qué. Se manifiesta inundando el sentir por medio de la vista y avanza
como el agua en una pendiente estropeada: simple y pura, natural y sin pretensiones
ocultas, sin subterfugios elaborados… solo es, solo se manifiesta como se le
antoja, como sale de la fuente y se muestra. Ese ha de ser tu sello, tu firma,
la manera de expresar lo inmanifiesto que vive en ti… lo que te mantiene así de
vivo.
Breve homenaje a mi amigo Manuel Villamar, artista.
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