Viejo poeta. Ya muy viejo
poeta. Ya pasado de edad para tener edad para ser abatido, para recibir la
crítica de que es un loco descarriado. Ya no se puede, es tarde para eso. Ya el
viejo pasó del gusto superficial y luego intenso de los garabatos iniciales a
estar sumergido, a ser poesía él mismo, para caminar, dormir y despertar
todavía en idiomas poéticos, en versos, entre sus queridas plumas viejas. Hace años
que el hombre dejó de saber cuándo es que paga una factura, hace una cola o sube
un ascensor tararear mentalmente una composición incipiente en lenguaje criollo,
que se dispone a nacer, que se le escapa. En fin, y para hacer el cuento corto,
se fue José Antonio Castro, un tipo que no conocí sino por el enlace que me
pasó la Maraca: https://youtu.be/xwUaHhWLmbk
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