Espero que te guste el contenido. Para sugerencias, objeciones, protestas o propuestas, escribe a "leonardo.rothe@gmail.com"

jueves, 7 de mayo de 2020

En deuda con el carajito

Estamos en deuda. Estamos en deuda con el carajito que fuimos y que a veces nos jala la camisa desde abajo, desde adentro, desde ese tiempo cuando todavía no teníamos la receta del éxito ni del fracaso grabada en la cabeza. Estamos en deuda con esos sueños infantiles que se mecían, que corrían, que nos acompañaban al dormir hasta el amanecer. Sistemáticamente, hemos aprendido a alejarnos del muchachito que todavía no se marcha, de ese que sin ser un sabio sabía cuando algo no estaba bien y lo dejaba de hacer porque tal vez porque dolía o porque le hacía daño a alguien más. Estamos en deuda con el que se juntaba con cualquiera y medía la pertinencia con el cansancio o con el hambre que te hacía regresar a casa… o con el llamado de la vieja. ¿Qué calamidad ocurrió que le soltamos la mano al niño y nos aferramos a un disfraz que nos obliga a ser serios, disciplinados y productivos; que nos hace avergonzar de lo que recogimos de chamitos y ser quien no queremos ser, hacer lo que no queremos hacer, vivir lo que no queremos vivir? No lo sé, pero no parece que hayamos crecido mucho más que ese carajito que, viéndolo desde lo lejos, tenía mucha más coherencia en sus acciones y deseos que ese adulto perfumado que pasa por ahí sin saludar.

No hay comentarios:

Publicar un comentario