Tengo una sensación que me afecta. Siento que el corazón se aceleró y sacude el resto de mi cuerpo. Es el efecto de una emoción. Hace rato me conmovió una noticia e inmediatamente comenzó esto. Aunque ya mi mente se tranquilizó, el cuerpo sigue agitado. Es curioso de cómo me di cuenta de la relación entre algo que me dijeron y el malestar que siento ahorita, incluso después de identificarlo. No es la primera vez. Ya ha ocurrido antes y me produjo acidez estomacal, me mandó para el baño, me puso de mal humor o no me dejó dormir. Ahí está todavía, aunque con menos intensidad. Parece que me escuchó echar el cuento y se siente aludido. Tal vez, al sentirse descubierto, traído a la conciencia, fuera de su escondite, es como desaparece. Quizás, como dice Gualberto, es un dolor cobarde.
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