Me dices que hay que
predicar con el ejemplo, pero… ¿será suficiente? Entiendo el poder de la
muestra, de sentarme enfrente de tu demostración. No me queda dudas de que,
incluso, es lo que mejor puedes hacer ahora para enseñarme. Pero es que, chico,
aun así no te entiendo. Con todo tu vigor, con todo el arsenal de recursos con
los que cuentas y que quieres brindarme, no puedo emularte. Eres como quien se
asoma por una ventana, mira el paisaje, y trata de explicarme lo hermoso que es
todo afuera. En ese caso específico, yo solo podría aprender a hablar como tú
de las cosas que solo tú ves, a guiñar los ojos cuando el sol da en tu cara y a
sonreír de vez en cuando, cuando te maravillas por las cosas que solo tú ves. Pero
sería una payasada, una farsa. Sería solo una caricatura de lo que tú haces. Resultaría
en una infructuosa empresa de malinterpretación, porque es que, mi pana, yo no
siento lo que tú sientes, veo lo que tú ves o entiendo lo que tú entiendes. Tus
esfuerzos y los míos no funcionarán para lo que has pretendido que funcionen
porque yo no sé qué te motiva, de dónde sacas tus cosas o bajo qué estímulos produces
tus maravillas intransferibles.
Espero que te guste el contenido. Para sugerencias, objeciones, protestas o propuestas, escribe a "leonardo.rothe@gmail.com"
sábado, 29 de julio de 2017
miércoles, 12 de julio de 2017
Murió la humanidad
Observa a la
humanidad. Obsérvala muy bien. Haz un ejercicio de abstracción. Compara el
curso de la vida de la humanidad con la vida de un solo ser humano. Observa su origen,
su cacareado crecimiento, sus heridas no curadas, sus avances tecnológicos, sus
ciclos no completados. Mira cómo sus contradicciones, su mejor y peor cara, se
muestran alternativamente una y otra vez, creando la incertidumbre como modo de
sobrevida. Ve toda la energía que dedica a destruir en supuesto favor de sus
intereses. Fíjate que provoca catástrofes y no toma responsabilidad. Invade territorios
que no le pertenecen y extermina lo que allí encontró, hasta devastarlo todo a
su alrededor… claro, en nombre de su libertad y seguridad. Dime, ¿ya lo
hiciste, ya lo imaginaste? Ahora dime, si te dijera que al final de la historia
la humanidad, encarnada en un solo ser así de inestable e irresponsable, esta desaparece
para siempre… ¿no te parecería lógico y hasta justo?
martes, 11 de julio de 2017
Aquí chico, sin propósito
Me quedé
sin propósito. Pensándolo bien, creo que nunca lo tuve. Caminar sin propósito,
se me antoja, es caminar sin rumbo; y cuando uno camina sin rumbo, parece a
veces que uno llega al destino, aunque sea con mapa prestado. Pero uno se da
cuenta más temprano que tarde que ese no es el destino de uno, que tal vez es
el destino de otros que también andan por ahí, sin propósito, tal vez sin saberlo,
tal vez parados ya en el lugar correcto. Y así sigue uno, vagando de un lugar a
otro, de una brega a otra, de una ilusión a otra, quemando los minutos de vida que
nos fueron regalados, sin acercarse al sueño propio, a ese que quizás se
escondió tanto entre la maleza de la necesidad, de lo cotidiano, de lo urgente,
que creímos perdimos para siempre. Ya sentado aquí, en esta piedra al margen
del camino ajeno, cuando siento fuerzas internas, invisibles, mudas, pero que
golpean de adentro para afuera, como susurrando un sentido, una dirección. Creo
que estas fuerzas raras, sospechosas, fueron las que siempre acallé con la
torpeza infantil de antaño, pero que ahora, con humildad y mucho oído estoy
dispuesto a recibir para ver qué me cuentan. Espero entonces que no sea así
como muy tarde para tener el propósito ese, del que pocos me han conversado
antes.
lunes, 10 de julio de 2017
Porque me de la gana
Porque me da la gana. Esa es mi respuesta ante tanta preguntadera
necia. Porque quiero, les diré cada
vez. Porque siento que debe ser así,
contestaré en cada oportunidad. Entiendo tu inquietud, tu preocupación por mis
cosas; el cariño que dedicas a fijarte en mí. Es solo que creo que llegó el
momento de accionar luego de tanto hablar. Es que me resulta oportuno este
instante para incluso equivocarme y pasar al próximo paso, en el que todo será
mejor, en el que todo será más fácil, en el que el misterio original se
desvanecerá y dejará apreciar los recursos con los que cuento ahora. Pero eso
lo sabré luego, no por ahora; eso lo sabré cuando haya recorrido cierto camino
adelante, cuando el aprendizaje me regale mis llagas bien ganadas… mientras,
chico, es porque me da la gana.
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