Si supiera el esfuerzo exacto para
descubrir lo que necesito, para saber lo que quiero, no daría tanta
vuelta. No aprendería tanta chatarra, no cargaría con tanto peso
muerto que me quita impulso y que me estorba. Si la brújula
estuviese más afilada, no aprendiera tanta cosa inútil, tanto
artificio extenuante, tanto truco barato. Después de aprender las
artes, las ciencias, las tecnologías que recita el credo social, me
veo perdido entre toda esta maleza que amenaza con extraviarme para
siempre de lo que sería, hipotéticamente, mi razón en esta vida.
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