Otro año más. Uno nomás. Otro día aparentemente
imperceptible en medio de la rutina general de las cosas. Un cumpleaños más, entre
los tantos que llevo contados, entre los tantos que llevo retratado,
produciendo sedimentos, parado sobre la pila, buscando la pretendida trascendencia,
cierta reflexión interesante que sirva de mantel para lo que venga, para lo que
pueda ser. Trataré una vez más de recoger las ideas, los sentimientos, los
recuerdos que me hagan sentir que todo esto tiene algún rumbo rescatable cuando
se piensa en lo dejado atrás, en lo que se vislumbra para el cacareado
porvenir. No hay resumen posible. No hay estadística válida a la mano. No hay
proyección respetable a considerar, a publicar en alguna revista. La promesa de
saber y dominar los temas resultó un fraude. Cada respuesta solo produjo más
preguntas. Nada me hace pensar que gané certeza en algún tema, experticia en alguna
materia. Sigo, aunque con más herramientas en la caja, sin ningún método claro
qué aplicar. No hay fuegos artificiales en el cielo oscuro. No hay aperturas
incondicionales ante cualquier demanda de la vida. No hay nada cierto, aparte
de este maldito reloj imparable que tictaquea enfrente de mí, restando segundos
a lo que pudo ser todo un acontecimiento.
No hay comentarios:
Publicar un comentario