Espero que te guste el contenido. Para sugerencias, objeciones, protestas o propuestas, escribe a "leonardo.rothe@gmail.com"
miércoles, 30 de marzo de 2016
Te vas a morir
Te vas a morir. Y es mucho más: todos moriremos.
Entonces dime, ¿qué vas a hacer? ¿Te vas a quedar ahí mirándome? ¿Te vas a
quedar preso de tus miedos, de tus prejuicios, de tu historia? Que te mueras no
es un problema; es solo el paso final de la bendición otorgada para deambular
por el mundo. Si fuese un problema, tuviese solución... pero no la tiene.
Puedes retrasarla, pero eso no la decarta. Deja ya de hacerte el pendejo,
porque igual te vas a morir. No importas dónde te metas, porque llevas la
muerte por dentro. Pero por dentro llevas también la vida. Por dentro llevas
también la energía para sentir, para lograr, para sonreír. Siempre has tenido
la opción para escoger, pero siendo honestos, con los ojos cerrados no es
fácil. Así que levántate, acércate, acompáñame. Comienza a vivir manquesea
desde ahora. No te lamentes. Agradece, más bien, la nueva oportunidad dada hoy.
Eres la fuente
Eres
la fuente. Eres el origen. Eres eterno. Eres el flujo indetenible de ideas y
flores que permanentemente nos beneficia con su existencia. No importa que se
pretenda desechar lo que va de tu obra. No importa que traten de detenerte.
Eres torrente porfiado, empecinado. Te miro con sonrisa y agradezco que estás
cerca, y aunque sé que tu nube viajará, aprovecharé muy disimuladamente tenerte
ahora sentado a mi lado.
domingo, 27 de marzo de 2016
Soy el genio
viernes, 11 de marzo de 2016
Verte en bata de casa
Verte en bata de casa.
Eso es lo que quiero. Quiero verte sin ganchos, sin pinturas, sin zarcillos. Si
fuese posible, quisiera verte sin los atavíos acostumbrados en los sitios donde
te me presentas. Necesito saber si brillas sin luces alrededor, si embriagas sin
refuerzos, si despampanas de cerquita. Quiero verte sin zapatos, comiendo
papitas o tirada en el piso, mirando mala TV. Muero por mirarte picar una
cebolla, barrer con flojera, pasarle un trapo a tus propias regueras. Ya basta
de concesiones, de créditos a plazos increíbles. Llegó el momento de ser
sincera con tu admirador número uno. Te quejarás de la cola, del calor, de
bañarte todos los días. Irás bajando lenta, temeraria y tortuosamente a mi
nivel, a este tierrero en el suelo en el que todo se ve grande, a esta
cochinada de jornada. Por último —y hasta como un favor lo aceptaría— quisiera
saber de tu sudor, de tu saliva, de tu aliento de madrugada, cuando al fin me
descubra a tu lado… al lado de alguien igual que yo, pero que ostente toda mi
atención enfermiza.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)