¿Qué a quién amo? Amo a quien pueda respetar, a quien admire
de algún modo, a quien me adorne el derredor, a quien me haga un lugar ocasional
para la intimidad, la confianza y algo de cobijo. Amo a quien, quizás con apariencia
externa de prisión, brinde la fascinación permanente de la puerta abierta
¿Qué a qué lado de la política me pliego? Al lado que la que
sirva sin petulancia a su razón de ser, que conlleve a una sociedad de justicia
que ejerza y haga ejercer el ser ciudadano; que promueva la identidad propia de
este gentío sin mucha conexión, ya sin mucho en común. Al régimen que premie al
trabajo y al ingenio de propósito común.
¿Qué a qué religión pertenezco? A la que fomenta la igualdad
entre los hermanos y disminuya la diferencia, la indiferencia. A la que da
como muestra visible, palpable, cotidiana, la solidaridad y la compasión entre los
hermanos ya regados por todos lados. A la que no tiene al bien como un elemento
exótico, sino que usa el amor como causa, instrumento y fin de nuestras
acciones de cada día.
Ahí está. Ahora tú, que tanto preguntas y dadas mis explicaciones,
dime tú mismo, qué tendencias amorosas, políticas y religiosas te parece que
tengo. Cumple con tu compulsión de encasillarme, anda.
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