Se sale del seno familiar con las flores y los vacíos causados. Se mira para afuera por primera vez y va encontrando uno nuevas simpatías que no siempre vienen “sin costo adicional”. Se escogen las banderas que ondearán y nos harán sus esclavos por un buen tiempo —si el tiempo lo permite— y es entonces cuando nos ponemos fastidiosos. En medio de la necesidad de una perfección imaginada por nuestras necedades intelectuales, nos pegamos, como una rémora, a una presunta y endiosada manera de ver las cosas que tarde o temprano mostrará sus costuras y nos dejará en evidencia. Es en ese momento cuando nos vemos tentados a defender algo en lo que ya no creemos por fraudulento, pero que todavía nos brinda un sentido de identidad y supervivencia importantes. Es entonces cuando saltamos de la simpatía al fanatismo, de lo interesante a lo obligatorio, de lo posible a lo irrespetuoso. Y claro, como hay grupitos así de sobra, nos empatamos en una lucha, en una resistencia eterna que nos va a servir para, al momento de morir, declarar, con la voz y la mano temblorosas, que dedicamos una vida a una causa noble. Y mira, quién sabe si hasta te hagan una estatua.
Espero que te guste el contenido. Para sugerencias, objeciones, protestas o propuestas, escribe a "leonardo.rothe@gmail.com"
lunes, 30 de agosto de 2021
La aritmética de la existencia
En medio del aparente caos, ante ese gigante desorden que mis ojos y mi estómago solían catalogar como una tormenta sin sentido, como un hilo de injusticias, una tras otra, los años dejaron pasar un rayo de luz que comenzó a dejarme detallar el gran asunto. Como cuando se mueve una lámpara de su lugar de costumbre, se iluminaron algunas sombras y algunos brillos quedaron atrás. Se fueron dibujando nuevas formas, más redondeadas, más apaciguadas, sin mucha sinuosidad. Fue cayendo todo en su santo lugar. Como un rompecabezas complejo venido a menos, como un baúl de tesoros ya sin candado, se fue desvelando lo que parecía ser la fórmula de la vida. Por un lado, quedarían intactos para siempre los misterios imposibles de resolver desde un humilde y recortado punto de vista. Por otro lado, las causas y los efectos inamovibles hasta el momento, se dispondrían a ser aceptados como naturales, eliminando de una vez por todas las expectativas fundadas en caprichos, algunos de ellos vestidos de academia o sotana; y, finalmente, se avistarían los gozos y entusiasmos producidos por la paz y el sosiego, otrora temidos soldados del aburrimiento y el fracaso. Todo el panorama lucía como compuesto, inexorablemente, por una aritmética de la existencia, por esa maquinaria simple, pero firme y pesada a la vez, de acción y reacción ya más nunca temida, que tejería mis días actuales con cada vez más sentido, con cada vez más aceptación de lo que ocurre como producto del más exacto de los relojes.
jueves, 19 de agosto de 2021
Celebrar la vida
Celebrar la vida de una vez por todas. Celebrar que estamos vivitos y coleando por estas calles. Festejar este viaje en tren en el que varios se bajan, a nuestro entender, antes de tiempo. Tómate el pulso, cómete un helado o haz el amor enterándote de que hay un privilegio en eso, que no es algo que merecías un mero “golpe de suerte”. Ha de acabarse el desperdicio de momentos que podrían ser mejores si solo cambiáramos la perspectiva, manquesea dolorosamente. Pero eso no es tan fácil, dices. Déjate de vainas y ahórrate desde ahora el arrepentimiento al final del viaje en el que por fin te diste cuenta de que de unos cuantos minutos al lado de tu ser querido vale el pasaje completo.
jueves, 12 de agosto de 2021
Por favorcito
miércoles, 11 de agosto de 2021
Crisis existencial
Pasaron suficientes años y ya el hacer no es suficiente; los objetos no son suficientes. Sentir, sentirse bien, estar en algo pasa a ser, forzosamente lo más importante y se nos acaba de sentar enfrente a reclamar su espacio. No hay prórroga. Descubrir ese hueco oscuro que cuando éramos jóvenes que bailaban pegao con el sistema no se notaba y en medio del exceso de expectativas, de luces, de ruido, pues resulta un campanazo que amarga. Pero el espanto salió, como hacen los espantos, causando el miedo en las canas. Aparece la necesidad de que todo cuadre urgentemente, ya con la vejez y la muerte ya apareciendo en el horizonte. Los misterios y secretos de nuestras crianzas, nuestras malas decisiones y el daño infligido a los demás cubren de manera injusta a nuestros logros y querencias, a nuestros amores. “No puede ser solo esto”, parece gritar esa dimensión interna que acallamos durante años, y aunque nunca nos gustaron las verdades, en general, ahora buscamos algo que se parezca a una certeza, a un camino correcto, a la recuperación de la omisión. Por muy determinado que se luzca, ha llegado el momento de doblarse o quebrarse, de ajustar y ser honestos, o de ser porfiados y morir por dentro antes de morir por fuera. Se acabó lo que se daba, hermano. Se acabó la corredera.
sábado, 7 de agosto de 2021
El dinero es importante
El dinero es importante. Métele dinero a la comida y obtendrás un restaurante. Ponle dinero a la ayuda y obtendrás una empresa de seguros. Inyéctale plata a una reunión y obtendrás una agencia de festejos. Ponle unos cobritos a la hospitalidad y obtendrás un hotel. Ponle plata a la salud y obtendrás una corporación farmacológica. Métele dinero a un sueño y obtendrás una empresa. Ponle plata a una diferencia de intereses y obtendrás la guerra. Métele dinero al amor y obtendrás prostitución. Finalmente, métele plata a la cabeza o más dinero al dinero y obtendremos esta civilización. Obviamente, el dinero es muy importante.
El comienzo de esto
No recuerdo exactamente cómo comenzó todo lo que ahora tiene diez años de edad. Sí recuerdo una figura juvenil, aunque elegante, formal, de talante introvertido, aunque con apariencia de seguridad en sí misma. De risa disimulada, se sentaba entrando al recinto laboral, inevitable de ver: oportuno aquello para engolarme al pasar con mi personalidad encorbatada y con dos descargas de colonia. Al inicio, no hubo nada… nada. Su juventud versus mis cuarenta y pico limitaba cualquier mirada que se enfilara hacia algo más allá de lo posible entre dos afables compañeros de trabajo. “¿Es usted la señorita Bolívar? La solicitan en Recursos Humanos” fue mi primera aproximación. El viaje juntos de ida y vuelta en ascensor, una conversa tan limitada como pudo y una cordial despedida para continuar la jornada laboral es lo que se pudo llamar “el primer encuentro”. Es obvio que, para los resultados actuales, ese primer encuentro fue todo un fracaso (risas). Pasó el tiempo y, entre marcar tarjeta, la tertulia durante el almuerzo, en la que se recostaba sentada de un árbol, se fue produciendo uno que otro centellazo de la mirada: algo comenzó a ocurrir. La señorita de pelo largo, negro y lacio, de ojos grandes y pícaros (cuando lo tenía a bien) fue atrayendo mi atención, teniendo en cuenta, por supuesto, la excelente ortografía (casi como la mía) y el buen hablar como bono extra. Así comenzó la historia: esta historia.
viernes, 6 de agosto de 2021
Como una metra en un embudo
Como una metra en un embudo, seguirás dando vueltas con todo ese impulso invencible que muestras ahora. Continuarás argumentando en contra del agujero del centro con la vehemencia que te caracteriza, con esa prestancia, con toda la juventud que te queda en el bolsillo. Negarás el hoyito que aún ves tan lejos. Propondrás teorías alternativas y jurarás sonriente y en público que eres diferente, que lo mismo no te pasará a ti. Pero de repente, sentirás que tus patrañas y tu entretenimiento van perdiendo fuerzas. Indefectiblemente, irás acercándote al centro en medio de tu novedosa desesperación. Ya no hay argumento brillante. Ya no quedan cartas en la manga y ya te notas enfilando hacia la derrota, confundido en si fallaste en hacer algo más para estar al borde del plato permanentemente y no enfrentar ahora este momento que te lanza, sin piedad, en la estadística balurda esa que tanto criticaste.
Gente misteriosa
Gente misteriosa. Gente que no responde el saludo. Gente que no contesta el teléfono. Gente que no llega, que desaparece cuando debe estar. Gente que no opina, que enmudece. Gente que produce un vacío en lugar de dejar un aporte. Gente sospechosa. Gente reñida con la compasión, que perdió la capacidad de responder naturalmente a una circunstancia. Yo temo que ellos crean que de alguna manera son “interesantes”, cuando realmente son solo un manojo de nervios.
jueves, 5 de agosto de 2021
Inocencia vulnerada
La persona feliz es la persona inocente. La persona que organiza el bienestar del grupo no puede ser tan inocente, así que se prepara en habilidades prácticas y es cuando "descubre" que lo inocentes son inocentes y cree, por algún acto de autoseducción, que puede sacar ventaja del otro que permanece en su inocencia. Comienza entonces a hacer daño desde su destreza y su ilusión de avance, extrayendo la buena energía de la inocencia a su alrededor y dejando, a quienes no tienen sus mismas herramientas para defenderse, en la más completa, temerosa paralizante vulnerabilidad.
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