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jueves, 30 de agosto de 2012

Sexo


Sexo. Cercanía, piel, aromas. Miradas que se enganchan enfermizas, y sin abandonarse dejan escapar la distancia de por medio. Manos que vuelan y se posan. Aliento nervioso, vaho elocuente; pupilas que saltan atrapadas entre los ojos a los labios. Despojos itinerantes de prendas en el piso, simulan rosas de un delicioso rito. Se abre el telón de los besos y las bocas nunca más se cerrarán. El sudor adhiere el cabello y el deseo a la frente, dejando resbalar caricias sin pudor entre las sinuosidades de tus carnes ya temblorosas. Un gemido marca la unidad entre ambos. Una mirada de entrega abre tus ojos guiñados que ruegan honestidad, que exigen inútilmente la eternidad del momento. Y quedamos en un paréntesis ardoroso antes del declive, en un abrazo que sigue prometiendo segundos inimaginables. Las canas ya no son testigos de las embestidas juveniles de otros tiempos, de otras perspectivas. Ahora ligeros esguinces te sacuden con cada palabra que susurro, con cada serpenteo. Tu temperatura zigzagueante es como una hoguera que quiere encender al máximo, explotar de una vez; pero este servidor maravillado, este esclavo instruido de tus ganas, como herrero experto, sabrá sustraer tu energía vital en el momento oportuno, preciso, cuando tus ruegos te enmudezcan la expresión que roza la angustia. Hago un alto, te miro tan de cerca como estamos, tan nuestros como somos, y antes de ultimar el momento, esta acometida ya madura, habré sabido que te he conquistado; ahora lo sé: Eres mía.  

martes, 28 de agosto de 2012

Matamos al viejo


Si vamos a ser honestos, nosotros fuimos los responsables de esa muerte. Aunque no accionamos el arma, pudimos haber intervenido y evitar que le robaran la vida al pobre viejo, que lo único que hizo fue ayudarnos. Ahora estamos cómodos, claro. Ya no nos hace falta la comida y el techo que no teníamos entonces. No basta distraerse entre cómplices. No es suficiente derrochar para olvidar. Siempre se aparece el rostro bonachón y su último espaldarazo. Todo fue práctico. Todo fue como debió para lograr lo que soñamos, y nadie debió estorbar. Así son las cosas, mi amigo. Con un sólo atrevimiento cometido fue suficiente para ganar el sustento y la holgura de por vida ...y fue lo que ocurrió. Entiende: no podemos cambiar el mundo.

Le daré a mi hijo


Le daré a mi hijo todo lo que yo no tuve. Abrigaré esa ilusión desde su nacimiento y a lo largo de los años mientras lo veo crecer. Le taparé los infiernos a los que me enfrenté yo para evitarle los mismos dolores. Su camino se verá resguardado por mis manos, por mis atenciones acentuadas. Él llegará lejos. Con mi tutoría, él rebasará sus logros una y otra vez sin los estorbos que encontré yo. Esa es la atrevida teoría que me induce mi amor por él. En la práctica, le estaré tapando la bendición del aprendizaje de primera mano. Estaré yo ejerciendo la sobreprotección al máximo, cegándolo, negándole la visión del paisaje completo, del valor del paquete entero que debería ser su vida. En la mera realidad, él tendrá sólo una rebanada de existencia mezquinamente provista por su padre; vestirá las gríngolas de manufactura familiar, colgadas del amor con poca inteligencia que lo entregará a la superficialidad, a la petulancia, al menosprecio de ese prójimo que lo podía orientar, como lo hizo conmigo. Cuando termine mi presunta obra maestra, me preguntaré con dolor en el pecho cómo oculté a mi progenitor los tesoros que me dieron el impulso para levantar con orgullo infinito mi imperio de éxito, llevándolo a él a ser sólo un usuario privilegiado del producto de mi esfuerzo, de mi constancia, de mis creencias, hasta convertirse en un parásito adosado a mis edificaciones, sin herramientas propias.

sábado, 25 de agosto de 2012

Tan artificial...


Todo aquello era tan bonito que hasta parecía artificial, obediente a los caprichos del ser humano, a la estética fabricada. Al final no me importó lo natural, lo auténtico, y me quedé con lo artificioso, con lo que no era por sí mismo, con lo que sólo buscaba adularme y exprimirme, sólo como tributo mi vanidad.

Prefiero el drama


Soy muy bueno en los momentos excelentes, sin duda. Soy definitivo en los momentos de franca dificultad. Cuando soy muy deficiente es en los momentos regulares, que dan la oportunidad de prorrogarlos a voluntad.  Claramente, prefiero el drama.

jueves, 23 de agosto de 2012

Amigos por un ratico


Amigo por un ratico. Excelente amigo por un ratico. Patria o muerte por un instante. Mi hombro incondicional por tiempo limitado, como en las promociones de T.V. A tu lado, a lomo partido desde entonces hasta poco después. Lealtad absoluta sin fines de lucro, pero sin la eternidad por delante. Al llegar el momento, los caminos se despegaron por obra del porvenir, del azar, del porque sí. De verdad que lo agradezco. Agradezco ese paréntesis que me dedicaste, que tuviste a bien otorgarme. El cariño es mutuo, y aunque el tiempo vuele y no estemos en nuestros funerales, mientras, siempre tendremos una mirada perdida qué dedicarnos.

Yo soy confiable


Soy confiable. No me temas. Puedes encargarme cualquier cosa tuya, incluyendo tu tranquilidad. No estoy esperando joder a nadie. No estoy aguardando agazapado a que te descuides, a que te resbales, para sacarle partido a la situación. No tengo interés más allá de tu bienestar. No soy otro de los bandidos del camino. Si salgo de esta con más de lo que traje, será con mi satisfacción por hacerlo bien, esta vez como siempre. Así que deja de verme con esa suspicacia y cierra los ojos de una vez.

lunes, 20 de agosto de 2012

Seré famoso, pero...


Seré famoso. Y seré famoso para que me pares bolas. Tomaré una de esas habilidades que tengo y la sacaré de la oscuridad. Con alguna fortuna, algún empresario de visión aguda me montará en el escenario y estallará todo aquello. Seré famoso y virarás la mirada, al fin, hacia donde estoy yo, al camino que recorro. Te veré entonces, acercándote con disimulo, presentándote con nombre, apellido y alias: “¿No te acuerdas? Tu vecina de al lado”. Irás metiendo el ojo a ver qué carro tengo, qué mansión ostento, qué piscina me gasto. Buscarás, muy astutamente, introducirte en mi nuevo círculo social, en la presentación de mi nuevo trabajo, en los brindis… en mi cama. Será entonces cuando te miraré, aprovechando el valor que me otorga el alcohol moderado que lleve en la sangre, y rechazaré tu oferta, esa que estuve esperando por mucho tiempo y que ahora se sirve en bandeja de plata. Me habré dado cuenta, mi amor, que no era así como yo lo soñaba, que no era así como debía llegar. Me habré dado cuenta, mi princesa, que no vales la pena.

viernes, 17 de agosto de 2012

Toda la vida es...


Referir la vida como un arbusto que crece y se extingue, consumido por el tiempo, resulta hasta vulgar. Son despertares, floreceres, entradas de luz. Son chispas ocasionales que llegan a provocar explosiones de bienvenida, incendios inexorables. En medio del vuelo, turbulencias. Aún seguirá habiendo fuerzas para detener la caída, para recuperar altura, para lograr la nueva estabilidad. Son logros el combustible para seguir. Son tranquilidades para admirar el paisaje, para refrendar el camino recorrido, para imaginar lo que espera adelante. Es un tobogán son sonrisa infantil, aunque con piel de adultez. Es llegar a la cima para admirar la obra, prolífica o modesta, pero más que suficiente. Es preparar la partida con la serenidad que da el recorrido, la contribución, lo inevitable. Es irse en paz y quedar por ahí, si así se prefiere. Es todo un acto de magia colorada que requiere un buen aplauso. Es una huella.

martes, 14 de agosto de 2012

Tal vez "Ya no me gusta"


Qué vaina que vea el álbum familiar y la mayoría de las fotos no tengan “píxeles”. Qué vaina, que no recuerdo la voz de mi abuela en estéreo, ¡y menos!, con sonido envolvente. Ninguno de mis momentos vitales son traídos en colores, ¡y mucho menos!, en alta resolución. Las palabras más contundentes en sentimiento, en piel, en tristeza de hasta luego no fueron hechas pasar por un teléfono, ¡y menos!, por un celular inteligente, un chat o por “e-mail”. Mis momentos de soledad no se pueden contabilizar, meter en cuadros estadísticos, presentar en gráficos de barras. Mis expectativas distan de verse en tercera dimensión o con efectos especiales. Mis decisiones no podrán valerse de un control remoto para ejecutarse; debo afrontarlas en persona. Mirándolo bien, pero bien-bien, la verdad es que la tecnología no me sirve de mucho, mi hermano.

viernes, 10 de agosto de 2012

No responderé a tus ofensas

Imaginaré que no debo responder a cada ofensa que se me pretenda proferir. Imaginaré que no es obligatorio, ni siquiera necesario. A riesgo de parecer algo cobarde, haré el intento. No dejaré de responder; sólo que la contestación será distinta. Cada día, en la mañana, antes de salir de casa, modelaré los episodios que intentarán quebrar mi tranquilidad. Anticiparé las provocaciones y prepararé una respuesta para cada una. Aprenderé muy rápidamente sobre la marcha, descifrando cada situación que antes pudo ser crítica. Me desarroparé de ese cobertor tan inútil y pesado que implica defender una supuesta dignidad que resultó ser nada más que una exageración monumental. Será una revelación, la iluminación súbita del camino por recorrer. Quedarán en la mesa sólo los bocados necesarios. Quedarán en el corredor sólo los objetos que ayuden a avanzar, a desplazarme, a sentirme mejor. El nuevo y fructífero malabar mental traerá bienestar, sonrisa que fortalece. Los nuevos días traerán horas de sobra para afilar el lápiz, para amolar la navaja que despejará, al fin, recorreré los senderos que yo mismo me ocultaba con tanta contaminación, con tanta necedad.

Claro que lo prefieres


Prefieres seguir hablando indefinidamente y sacando cuentas que meter los pies en la arena tibia. Prefieres ponerlo todo en claro que besarme ya. Prefieres -dices que por salud mental- trasnocharte uniendo puntos en tu mente atormentada, que abrazarme y quedarte dormida. Prefieres mirarme fijamente, como tratando de sacarme una confesión, que cerrar los ojos y entregarte a mi pecho ansioso. Prefieres mortificar tus minutos con hechos siempre por ocurrir, que tomar las riendas de los minutos reales que se van desperdiciando. Prefieres, tal vez, pasar la llave varias veces que disfrutar de este dulce encierro que te brindo cada vez. Prefieres la tímida sonrisa que la carcajada. Por protegerte, prefieres morir a cada rato.

jueves, 9 de agosto de 2012

Me vas a dejar


Me vas a dejar por alguien con quien no envejecerás. Me dejarás, sin mucho considerar, para tomar a otro para sacarte el clavo. Seguirás navegando entre tus ligerezas, agregando dolor y frustración a tu hoja de vida, magistralmente maquillada. Intentarás mostrarte en público con tu nuevo trofeo sacado de revista de modelaje, presentándolo aquí y allá para que todos se aseguren del remiendo. Harás que te abrace, que te bese y mirando de reojo, por encima de su hombro, esperarás la aprobación de los demás de tu nueva aventura. Pero yo temo que eso no durará y lo siento. Continuarás, penosamente, ensartando cuentas lamentables a ese collar que ya comienza a pesar demasiado.

martes, 7 de agosto de 2012

Te sustituiré


Te sustituiré con un par de libros. Te sustituiré con el teatro, con películas malas de cine. Te sustituiré con ejercicio necesario para la salud. Te sustituiré con nuevo ajuar. Te sustituiré con muletillas, con por lo tantos. Te sustituiré con música y licor. Te sustituiré, si te dejas, con mi oficio, con mis compromisos sociales. Te sustituiré con mis amigotes. Te sustituiré con otras noches, otros amaneceres. Te sustituiré con reflexiones de los más estiradas, de lo más arraigadas en la cotidianidad ajena. Te sustituiré con muchas cosas que tengo a la mano. Te sustituiré, por ejemplo, con manualidades que me salen tan bien, con dibujos, videos y escritos. Te sustituiré con largas caminatas y coqueteos inútiles. Te trataré de sustituir con otra piel, con otro aliento. Iré con todo y buscaré una mano que se atreva a acariciarme. Me desbocaré sin miramiento y cometeré crímenes de extrema humanidad. El miedo repentino me hará mirar por la ventana y tomar el tren que dé vueltas y vueltas mientras bajo la neblina. No me importará, según mi vocecita interna, la chismosa, la insidiosa que sólo se vale de ese pasado para mirar el futuro. Te sustituiré con cosas que girarán, y como centrífuga burlona dejará ver el inmenso hueco que hay en el centro, en lo profundo, en el ojo silencioso del huracán. Te sustituiré… eso dalo por sentado, aunque eche todo a pérdida.

lunes, 6 de agosto de 2012

Dos rodillas en tierra


Se alinearon los hoyos negros. Se escondieron mis muletas. Desaparecieron los chinchorros del camino. La lluvia, el frío y la soledad salieron a caminar y me las encontré bajandito por la vereda. La inercia me lleva, pero está perdiendo la fuerza y parece que debo decidir dentro de poco. Me lanzan consejos desde las ventanas de una nave que avanza por mi lado, pero no oigo nada, no quiero escuchar nada. No quiero escuchar, ni siquiera, la voz interna que me dicta por dónde no; la verdad, esa voz anda enojada conmigo por mi sordera empeñosa, por mi presunta indiferencia desde hace ya un tiempo. No veo la salida. Tal vez la tengo en la punta de la nariz, pero ya me habré acostumbrado, y como con la buena colonia, se pierde de la percepción del cliente. Me voy a sentar aquí, en lo mojado -no me importa- y trataré de descifrar, como un adolescente, cómo es que se mueven las nubes grises para agarrarle el truquito; tal vez pueda, de nuevo, meter la mano para sacar un retazo de sol por entre sus algodones mojados y así tibiarme la tormenta, y así secarme la gotera que se antojó hoy de hacer percusión en mi pecho.

domingo, 5 de agosto de 2012

No conozco tu pasado


Me dicen que en el pasado hiciste daño, que fuiste despiadado con los inocentes que te rodeaban. Me cuentan historias increíbles de cómo arrancabas posibilidades a quienes construían cada día su futuro y el de los suyos, dejándolos en la mayor depresión de sus vidas. Y resulta que yo te conozco en estos tiempos y no das esa impresión. Según he sentido, múltiples virtudes te adornan. Según puedo testimoniar, eres una gran persona, que incluso podría servir de ejemplo para muchos mequetrefes. No puedo defenderte por lo que hayas hecho hace algún tiempo, pero puedo garantizar tu probidad de ahora. Sé que puede resultar complejo, sobre todo para quienes fueron tus víctimas; sé que puede ser descabellado absolver al villano que encarnabas, pero no tengo más remedio. No sé si son posibles los finales felices para una sola persona. No puedo imaginarte con el látigo en la mano, con el arma haciendo fuego, con la saña destilando por tus ojos. Me piden que tome partido, pero es posible. Me conminan a arrimarme a la justicia, pero no soy capaz de hacer eso… no contigo.

El amor de mi vida

Serás ese amor que arrase con todos los tiempos cuando aparezca. Serás para siempre los ojos que quise robarle a la vida para que envejecieran conmigo. Serás el agua tibia que aparecerá de cuando en cuando a recordarme que la vida no pasó en vano. Serás la fuente cristalina de mi nostalgia. Serás el más grande de mis amores, siempre conjugado en pasado perdido. Será siempre bueno verte, abrazarte con respeto, con la distancia del caso. Serás para siempre lo que no pudiste ser día a día. No importan las nuevas multitudes, los nuevos oficios, las nuevas intimidades… tú serás el amor de mi vida.

sábado, 4 de agosto de 2012

Imagínanos iguales

Imagina que podemos hablar como iguales. Imagina que ninguno tiene más ascendencia sobre el otro que el respeto. Imagina que no hay deudas, miedos, indecisiones. Dibuja en tu cabeza que podemos decir lo que sentimos, aunque no suene tan bien. Imagina que estamos interesados  en llegar a algo: un acuerdo, un arreglo sensato. Imagina, pues, la escena perfecta en la que dos o más pueden comprenderse sin imposición odiosa, sin petulancia corrosiva. Imagina, mi estimado prójimo, que después de conversar conmigo tendrás una dificultad menos en la que debes pensar; una menos por la que vas a seguirte mortificando.

Sombra en la oscuridad


Soy un poco de sombra. Soy algo de brisa. Soy rocío, soy asiento, soy sonrisa. Pero soy sombra en la oscuridad. Soy brisa en la tempestad. Soy rocío durante  la inundación, asiento en el desierto inhóspito, sonrisa en medio de la burla. Soy lealtad en los dominios de la traición. Como verán, soy buena cosa venida a menos en entornos tumultuosos, baratos, inmerecidos.

viernes, 3 de agosto de 2012

Serás mi ciclo roto

Serás mi ciclo roto. Serás la nueva pieza que gane perfección en mis pensamientos, en mis deseos. Lo flamante, lo mágico, lo inmensamente meritorio de todo este dulce desastre, de toda esta ofensa a la respetable formalidad es la prueba. La brillantez de tus silencios y siseos emitidos con maliciosa maestría; la oportunidad de tu presencia, tu recuerdo empalagoso y esa mirada que me deja mendigando más, son síntomas del próximo puente partido a la mitad que guardaré en el bolsillo del corazón. También son presagios las preguntas sin respuestas, lo que no encaja y se posterga. Son señales inequívocas las lagunas que se posponen a voluntad o por falta de ella. Ya veo polvo que sale de las paredes; han comenzado a caer terrones y trozos de ladrillos a mis pies, anunciando al fin el final irrevocable de este acto fugaz de prestidigitación divina, excepcional. Es hora de salir antes de ver el derrumbe total de mi adorado monumento. Es hora de cerrar la puerta tallada en vanas esperanzas, para comenzar, muy rapidito, a parchar nuestra leyenda y embellecerla para siempre con lo que hubiera sido. Es hora de comenzar de nuevo con el recuerdo más cargado, con la frustración renovada, con la belleza y la sabrosura de un rato bien vivido.

El gato no cayó parado


El gato no cayó parado. No esta vez. El gato, en cambio, se precipitó a tierra estrepitosamente. El pronóstico sobre algo que resultaba obvio no se dio hoy. En su lugar, las bien conocidas leyes de la física, las reglas de siempre para otros casos tomaron su lugar inesperadamente. Estaba la mesa servida, el escenario preparado y ni apuestas habían, pero ese gato rodó por los suelos, terminando lacerado, sucio, herido. Pobre gato. Habrá que incluir la posibilidad de que las cosas obvias nos sorprendan en algún momento con un conejo -o gato- saliendo del sombrero.