Espero que te guste el contenido. Para sugerencias, objeciones, protestas o propuestas, escribe a "leonardo.rothe@gmail.com"

domingo, 27 de marzo de 2016

Soy el genio

Soy el genio. Tú no. Yo soy el que saca conejos del sombrero. Yo invento a partir de mis ideas originales o de ideas ajenas, quién sabe; igual, la combinación es mía y es original. Puedo elevarme delante de quien sea y disertar con brillantez mientras doy vida a nuevas realidades. Aunque no me interesa el dinero como la prioridad que me gobierna, es muy sencillo saber que llegará solito, dentro de poco, a muy placenteras cantidades. Mientras, tejeré una organización. Ahora yo soy quien provee el ingreso a gente como tú. Ahora soy yo quien ve con agrado cómo se expande mi pequeño terreno a la hectárea inicial, a mi punto definitivo de partida. Aunque ahora reposo para recoger un poco la idea de todo esto, estoy cuadrando con la gente que me acompañará para armar el prototipo de lo mío y poner el mantel. Me encuentro haciendo malabares con objetos, con ideas, con conceptos, con argumentos, con criterios. Formulo hipótesis increíbles, llego a conclusiones insospechadas para la gente de la calle. No solamente conozco la manera en que actúa mi mente, sino que puedo dar fe de cómo trabaja la mente colectiva. Dado eso, no tengo duda de que puedo inducir acciones en ustedes apalancándome en los estímulos que tan fácilmente me dieron a conocer. Ya tengo logo, silla y ego bastante altos. Doy trabajo, hago favores, genero deudas morales. Atraigo miradas, simpatías y hasta admiración. Es estupendo todo desde un punto de vista… el mío. No faltan, claro, los envidiosos, a esos que no me llegan a los talones, a aquellos que solo saben recostarse de los árboles frondosos. Ya soy todo lo que podía ser. Ya tengo todo lo que podía tener. Ya sé todo lo que me ha interesado saber. Nada ha detenido mi surgimiento en el ámbito universal, y nada parece poder hacerlo. Solo tengo una pequeña objeción a todo lo construido, y es que siempre me parece que hablo solo, que mi audiencia anda en otra onda; que soy como esas maquinitas monederas elegantes, boyantes de tecnología, a las que les sacas un dulce pero que luego de obtenerlo te marchas y no la quieres ver hasta que te vuelven las ganas. A veces siento ese pequeño corrientazo que ya estoy eliminando, ese que me dice que soy solo una disfunción que floreció hasta más no poder.

No hay comentarios:

Publicar un comentario