Si usted necesita ir a un sitio específico y debe
tomar un autobús, usted no toma cualquier autobús; usted toma el autobús que va
a ese sitio. Una vez que comienza el viaje, usted se limita a ver por la
ventana, a leer, a dormir: cualquier cosa mientras confía que ese aparato lo
llevará donde dijo que le llevaría. Pero ¿qué pasaría si usted nota que el
autobús comienza a desviarse, que agarra por un camino distinto al previsto? Usted
pregunta de nuevo al chofer, ¿verdad? Si el chofer le confirma que va al
destino original, usted se queda tranquilo de nuevo y comienza a leer de nuevo,
pero levanta la vista de vez en cuando para saber si ese camino lo está
acercando a su destino. Si usted nota que el autobús, en lugar de acercarse “a
su destino suyo de usted”, definitivamente se aleja, usted reclama y se baja,
¿verdad? …no estamos para perder tiempo. Entonces usted, defraudado, en un
sitio desconocido, busca ubicarse para tomar otro autobús que lo lleve donde
quería ir en primer lugar.
¿No está usted de acuerdo en que es una locura seguir
montado en un autobús desviado de su ruta esperando a que algún día llegue al
destino ofrecido? ¡Bájate de ese autobús!
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